La aporofobia…
Diario de Ávila
Por: Pilar Álvarez A.
La pobreza lleva consigo la falta de
libertad, la carencia de las capacidades básicas necesarias para tomar las
riendas de la vida. La pobreza es evitable, ¿es una cuestión de justicia evitarla?, en base a la dignidad
inherente a toda persona, el mejor modo de erradicarla es reducir las
desigualdades, en un programa político económico de socialdemocracia radical,
al que se prestara un especial aliento ético de alianza
humana: “La alianza de quienes se
reconocen mutuamente como personas dotadas de dignidad, no de simple precio, como personas
vulnerables, necesitadas de justicia, pero también de cuidado y compasión”.
La pobreza involuntaria, no pertenece a
la identidad de una persona, ni es una cuestión de opción. Quienes la padecen
pueden resinarse a ella, y acabar agradeciendo cualquier pequeña mejora en su
situación, y elegir dentro de su marco de posibilidades, la situación como si
no existiera otra. “las pequeñas
dadivas”. Se deberían erradicar. Estas situaciones es preciso denunciar y
criticar, porque supone mantener, en la miseria resignada, a muchas personas
que ni siquiera tienen conciencia de ello, sin embargo la pobreza económica
involuntaria es un mal que existe, por causa sociales y naturales, y que en
este momento a la altura del siglo XXI se podrían eliminar. Con una sociedad más
justa, esta última es la que debe
erradicar la pobreza involuntaria. Hay que intentar eliminar la Aporofobia económica para ello es
necesario educar a las personas, y muy especialmente crear instituciones
económicas con políticas empeñadas en conseguir el objetivo de acabar con la
pobreza, desde la construcción social de la Igualdad. Pero hay que ir más lejos porque la Aporofobia, tomada como
“actitud vital”, es desprecio y
rechazo en cada caso de los peores situados. Que pueden serlo
económicamente, pero también socialmente.
Es un tipo de rechazo y odio peculiar. Cierto es que la identidad se
negocia en dialogo con el entorno social, que de ningún modo es estática, sino
dinámica, tanto la etnia o la raza, con todas las dificultades que se presenten
son ingredientes que se pueden configurar. Pero como tantas veces la colaboración
de la sociedad civil es imprescindible.
Determinar quiénes son los pobres desde
un punto de vista económico no es tarea fácil, pero es necesario encontrar
parámetros que permitan hacerlo, los hay pero variantes en el tiempo, lo que está
claro, que además de la renta o el consumo, se tienen en cuenta otros aspectos,
como el alfabetismo, la esperanza de vida, la mortalidad infantil, la
vivienda….es indudable que la pobreza introduce una discriminación negativa
entré las personas, y esto les lleva a no poder organizar su propia vida y
perseguir la felicidad. Entonces surge la pregunta, ¿es una obligación de justicia para las sociedades proporcionar las
oportunidades necesarias para que puedan ser agentes de sus vidas? O los
pobres son como las sombras en un cuadro, proporcionan el contraste necesario.
Philippe Hecquet 1740