Diario de Ávila
Lo social
Por: Pilar Álvarez A.
Porque somos trapecistas de la vida, en ocasiones con red,
y otras, a puro riesgo. En el amor, como
en los distintos espacios donde la ejercemos, los para “siempre”, los “para
toda la vida”, los “nunca”. Nos calman, nos eximen de pensar en lo peor, en la
muerte, en los imprevistos, en el dolor, en el fracaso ect…. Nos alivia pensar, que lo que decimos, y sentimos, aparte de pensar que
nos afirma, y quedara para siempre. Y no es así. Solo quedare lo importante, lo
trascendente, lo que dará identidad a un “País”, ha una “Patria” como
también al conjunto de una sociedad para su progreso. Por tal motivo debemos
volver constantemente a la historia, revisar y discernir, lo que fue necesario
hacer, con valor, y esfuerzo, para lo que es hoy nuestro presente.
Recordar
aquellos personajes que sin miedo a los imprevistos, se afirmaban en sus ideales,
como también en el dolor presente de las injusticias, ya que solo los imponderables
se salvaban. (Si, en este momento, se necesita retornar a la historia) para darnos situación de este presente. Para darnos cuenta, si en
verdad hemos evolucionado, o hemos retrocedido.
Hoy
en este siglo XXI aquellos personajes ilustres siguen ahí, aportando desde su
creación, desde su esfuerzo e ideales ect… la historia del presente, de ellos
si podríamos decir que seguirán para
siempre. Nuestro país, recibe millones de turistas al año, muchos de ellos solo
nos visitan, para conocer nuestra hermosa historia, ese es el legado, que ha
quedado lo importante lo trascendente.
¿Estamos haciendo en este
presente un legado que trascienda a la historia de nuestra España en el mañana?
O
solo estamos viviendo con red personal, para ser mediáticos en el día, a día, en los
medios de comunicación. Y sin darnos cuenta empeñamos en decir que todo va bien,
aún sabiendo, que es sólo una expresión de deseos… y que cuando las cosas no
salen como hubiéramos querido, siempre podemos culpar a Dios, al destino, a la
mala suerte.
Vivimos en un constante estado superficial, prestando
atención ha caprichos que son efímeros, que no duran ni siquiera un instante, para
luego tener otro, que nos va a llevar a un estado de infelicidad constante. Dejamos
de ver muchas veces a quien está a lado, tal vez, porque siempre vamos contra
el tiempo. Ese tiempo precioso que nos regala nuestra existencia de vida. Que
se esfuma en un corto espacio, donde nos daremos cuenta que todo queda por
hacer, que ni siquiera nuestros descendiente tienen el presente asegurado, y
mucho menos el futuro, hemos olvidado lo que realmente importa, lo
trascendente, lo que dará a nuestra presencia aquí y ahora sentido, en lo
colectivo, en el conjunto de una sociedad, es este caso, en la Historia de nuestra España.
Tal vez la tecnología ha incrementado en cada
uno de nosotros esa desgana, ya que pensamos que se ha inventado todo, y que no
podemos esperar nada más. Ya no nos sorprenden las desgracias que oímos y vemos
en los medios de comunicación, no prestamos atención a ellas, o tal vez, no las
dimensionamos de acuerdo a la importancia que tienen. Simplemente dejamos de sentir que algo nos
conmueve, porque vivimos dentro de una frialdad quemeimportismo increíble.
¿Qué hacer para
recuperar
esa capacidad, esa voluntad desinteresada de hacer, de crear, de construir una
sociedad más justa y equitativa. Donde también este presente el orgullo de pertenencia a nuestra España, y no
cuando nos trasladamos a otros países donde somos envidiados, no vivamos de
eso, sino de nuestro esfuerzo y merecida pertenencia?
Como os decía nada es para siempre, ni el
éxito, ni el fracaso, nadie hablara de ello, salvo si el hecho allá sido lo
suficiente importante y trascendente, para poder plasmarlo en nuestra historia, entonces el hecho será
para siempre, y porque en muchas
ocasiones también habrá marcado el rumbo de nuestro país, España.
No hay comentarios:
Publicar un comentario