miércoles, 2 de mayo de 2018


Lo social por: Pilar Álvarez A.
Diario de Ávila
Nada es para siempre…
Porque somos trapecistas de la vida, en ocasiones con red, y otras, a puro riesgo. En  el amor, como en los distintos espacios donde la ejercemos, los para “siempre”, los “para toda la vida”, los “nunca”. Nos calman, nos eximen de pensar en lo peor, en la muerte, en los imprevistos, en el dolor, en el fracaso ect…. Nos alivia pensar, que lo que decimos, y sentimos, aparte de pensar que nos afirma, y quedara para siempre. Y no es así. Solo quedare lo importante, lo trascendente, lo que dará identidad a un “País”, ha una “Patria” como también al conjunto de una sociedad para su progreso. Por tal motivo debemos volver constantemente a la historia, revisar y discernir, lo que fue necesario hacer, con valor, y esfuerzo, para lo que es hoy nuestro presente.

Recordar aquellos personajes que sin miedo a los imprevistos, se afirmaban en sus ideales, como también en el dolor presente de las injusticias, ya que solo los imponderables se salvaban. (Si, en este momento, se necesita retornar a la historia) para darnos situación de este presente. Para darnos cuenta, si en verdad hemos evolucionado, o hemos retrocedido.

Hoy en este siglo XXI aquellos personajes ilustres siguen ahí, aportando desde su creación, desde su esfuerzo e ideales ect… la historia del presente, de ellos si  podríamos decir que seguirán para siempre. Nuestro país, recibe millones de turistas al año, muchos de ellos solo nos visitan, para conocer nuestra hermosa historia, ese es el legado, que ha quedado lo importante lo trascendente.

¿Estamos haciendo en este presente un legado que trascienda a la historia de  nuestra España en el mañana?

O solo estamos viviendo con red personal, para ser mediáticos en el día, a día, en los medios de comunicación. Y sin darnos cuenta empeñamos en decir que todo va bien, aún sabiendo, que es sólo una expresión de deseos… y que cuando las cosas no salen como hubiéramos querido, siempre podemos culpar a Dios, al destino, a la mala suerte.

Vivimos en un constante estado superficial, prestando atención ha caprichos que son efímeros, que no duran ni siquiera un instante, para luego tener otro, que nos va a llevar a un estado de infelicidad constante. Dejamos de ver muchas veces a quien está a lado, tal vez, porque siempre vamos contra el tiempo. Ese tiempo precioso que nos regala nuestra existencia de vida. Que se esfuma en un corto espacio, donde nos daremos cuenta que todo queda por hacer, que ni siquiera nuestros descendiente tienen el presente asegurado, y mucho menos el futuro, hemos olvidado lo que realmente importa, lo trascendente, lo que dará a nuestra presencia aquí y ahora sentido, en lo colectivo, en el conjunto de una sociedad, es este caso, en la Historia de nuestra España.

Como os decía nada es para siempre, ni el éxito, ni el fracaso, nadie hablara de ello, salvo si el hecho allá sido lo suficiente importante y trascendente, para poder plasmarlo  en nuestra historia.

 

 

 

 

 




 

 

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