Lo social
Transformación personal, el Pueblo.
Las raíces
y la historia de nuestra tierra, el origen de nuestros antepasados, llega un momento
en nuestra vida, que la inquietud de saber de dónde venimos, nos hace de ello
una necesidad primordial para volver a sentirnos identificados con nosotros mismos.
Al mismo tiempo, dejaremos a nuestros hijos y nietos, historia, costumbres y
hechos, que marcaron una etapa de nuestra vida, los mismos que se reflejan en
nuestra personalidad e incluso en nuestro carácter ect...Volver a recorrer en
este caso los montes y valles que me vieron nacer, crecer, así, como los rincones
impregnados de historia, hizo brillar mi
esencia, y afirmaron mi identidad. Recordé con añoranza, otra etapa de
mi vida. Pero el corazón se lleno de alegría especial, al comprobar que era, “igual con el todo”, y “con todos”, como que todo se
identificaba con mí Ser. Los prados
verdes fértiles y frondosos, el paisaje, los olores y sabores, también los identificaba,
sentí todo, como parte de mi misma, y me
pregunte, ¿he descubierto la magia de
volver al Pueblo? El Pueblo el mejor lugar para, “sembrar nuestros sueños y crear nuevas realidades”. Un momento de
fertilidad plena para el cambio, cuando hablo de volver al Pueblo también me
refiero a un viaje simbólico hacia el interior de una expedición en pos del
desarrollo personal, visitar lugares que nos inundan de “Paz y Calma”, ocasión de reconciliarse con el pasado, ese que nos
sirvió de trampolín, y nos puso en el camino, cuando emprendimos aquel viaje
que también podría ser el de Ítaca Kavafis- “pide que el camino sea largo, lleno de aventuras, lleno de
experiencias” así fue. Volví al Pueblo y
recordé la persona que un día fui, la persona que un día quise ser, y la
persona en la que me he convertido.
Evalué si estoy en la dirección
correcta o, por el contrario, necesitaba
hacer un cambio de rumbo, la
Naturaleza presente fue y es otra de las vía de carga de la Fuerza Interior,
cada día el amanecer era distinto, me di cuenta de la magia que tiene la propia
Naturaleza, su sabiduría, la misma que lleva tiempo descubrir, sus dominios, ese
aire puro regenero mi ánimo constantemente
mi estadía en el Pueblo.
Intente buscar un momento para
analizar cómo había sido mi vida, qué cosas
me habían hecho feliz, y qué cosas estaría a tiempo de cambiar.
No bastaría solo con pensarlas para que las
cosas se realicen, también hay que escribirlas, materializar los pensamientos,
hace que se conviertan en realidad. Todo lo que no se escribe se olvida, todo
lo que no se planifica no se hace. El Pueblo es ideal para reflexionar sobre la
vida, dejar florecer ideas, y aumentar nuestra fuerza de voluntad, cuando
estamos alejados de lo cotidiano, volver a la esencia nos permite repensar
nuestros pasos y forjar nuevos destinos. Me di cuenta que había desarrollado la
capacidad del dialogo, me sorprendí
de lo que se puede conseguir simplemente con tomar la iniciativa
de hablar, la información que recopile estaba llena de amor, de ese amor
sincero como es el de la familia, que preservaron
para este encuentro de convivencia en el Pueblo, la madurez trajo sinceridad entendimiento y
tolerancia fue maravilloso descubrir la generosidad. Al Pueblo hay que ir con
una mirada diferente, con la mirada pura del niño que fuiste y recuperar la
capacidad de sorprenderte de nuevo, redescubrir la pasión que un día sentiste,
recobrar el significado de las cosas que perfilaron tu personalidad, tener un
recuerdo amplio y coherente de quién eres aumentará tu consciencia y tu
capacidad de vivir con sentido. Llegará un día que nuestros recuerdos serán
nuestra riqueza.
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