La Unidad del
Edificio es la necesidad consecuente y Universal de la Obra Masónica. Y están
llamados a participar todos los Masones sin distinción, los cuales, deben estar
dirigidos con la conciencia, en el esfuerzo,
donde se llegue al Cemento de Unión. Sin esta
reflexión no será posible remediar todos los errores que provengan de nuestra corta vista. Debemos
usar constructivamente la escuadra del
juicio, y el compas de la razón, como deber de todo Masón. No hay razón para
desperdiciar y malgastar nuestros esfuerzos en una crítica inútil y
destructiva, puesto que una misma Inteligencia, un mismo Gran Arquitecto la dirige y nos dirige. Basta solo que
sepamos y queramos reconocerlo. Hay unidad
indisoluble en el Plan del Edificio mismo, a pesar de los distintos esfuerzos
individuales que, aunque aparentemente encaminados en diversas direcciones,
convergen realmente hacia la misma finalidad, hacia un mismo Ideal, hacia una
misma Palabra de Vida, que es aquel Verbo que se halla en el principio de nuestra
Institución Masónica.
Debemos de
practicar el Cemento de Unión Indisoluble, conscientes en todo momento, que
cualquiera que sea nuestra parte y nuestra tarea en la Obra, el esfuerzo está
dirigido y se dirige a construir y
contribuir al Bien Real de la Orden. Solo así, nos aremos merecedores de
nuestra dignidad de Maestros. El Cemento de
Unión, no puede ser sino el Amor Fraternal que nace de la conciencia Unidad- de
la Unidad de origen de Ideales y de Finalidad entre los miembros y agrupaciones
componentes de nuestra Institución. Pero para que
este Cemento baya Unido a la Obra del Gran Arquitecto, y sea provechosamente
esparcido, se necesita primero que los materiales sean convenientemente labrados, escuadrados y
rectificados.
Cada Masón en particular,
cada Logia y cada Agrupación Masónica es
al mismo tiempo uno de los materiales y
de los obreros y arquitectos que deben hacer perfectamente la parte o labor
que, en su Ideal o Verbo particular el Gran Arquitecto le haya encomendado. Ningún edificio Ideal
del género que la Masonería quiere levantar
continuamente a través de los siglos, puede hacerse sin los materiales
adecuados y el perfeccionamiento de los mismos. Por lo tanto cada
uno tiene que hacer su parte y esfuerzo en perfeccionar su propio
material, o la obra que le ha sido
asignada, en las circunstancias, condiciones y oportunidades en que se
encuentre, esforzándose con ello en alcanzar su propio Ideal.
Al igual que todos
los Orientes, y Logias, de todos los Ritos y Obediencias incluyendo las Logias
libres que existen en todas partes del mundo, deben ser Cementos de Unión Universal
Masónica, ya que somos obreros al servicio de una misma Inteligencia Creadora, donde
la cooperación según nuestra voluntad entendimiento y oportunidad, nos lleve al
glorioso privilegio de ir entendiendo y ascendiendo en el edificio de la
Institución Masónica.
Llevándonos con
ello también al reconocimiento de la Unidad Espiritual del Edificio Universal
de la Masonería. Donde la practica entre los Masones sea Cemento de Unión,
evitando con ello la incomprensión, dado que uno de los landmarks más
fundamentales e inamovibles de la Institución
es el que todo Masón debe ser reconocido como tal, en todo el Universo y por
cualquier otro Masón u organización Masónica...
Queridos hermanos
la Obra que representamos donde coordinamos voluntades e ideología, donde piedra a piedra construimos
el edificio de la Institución sin importarnos razas creencias ectr... Nos da ejemplo
del Cemento de Unión Universal, capaz de trasmitirse a través de los siglos sin
que se haya practicado por separado. Cementando así en el hombre las enseñanzas
de su evolución de su yo personal donde se construye también individualmente su
Templo. Que al mismo tiempo va unido al de sus hermanos. Juntos en
hermandad somos ejemplo de Cemento de Unión, donde seguimos perfeccionando los
materiales acompañándolos con las herramientas necesarias para el perfeccionamiento
humano, el mismo que debe integrarse
individual en una sociedad donde tiene que seguir Cementándose en Unión con los
profanos, con aquellos que también tiene que verlos como hermanos de un gran
Dios. Somos buscadores
del Cemento del Conocimiento para adherirlo a nuestra evolución en Unión de
nuestros hermanos. Para con ello poder edificar una sociedad más gusta y libre,
donde el hombre alcance su ideal. Donde el camino que recorre hacia la luz, y la verdad no tenga obstáculos, donde el muro humano que se encuentre, desee unirse
a él, como piedra que se Cemente en Unión a la Obra Masónica.
Los verdaderos
Maestros aparecerán cuando será necesario, para dar los últimos toques a los
materiales labrados y esparcir sobre
ellos, con la Llama del Amor, el Cemento que hace la Unión permanente y
verdadera. Para ello queridos Hermanos Maestros debemos dar
ejemplo de que somos parte de los materiales que hayan sido convenientemente
labrados escuadrados y rectificados, para poder decir que estamos en el edificio
del Ideal Masónico.
He dicho, Ipatia M:.M:.
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