Lo social
Columna de Opinión
Diario de Ávila
Por: Pilar Álvarez.
Columna de Opinión
Diario de Ávila
Por: Pilar Álvarez.
Institución natural.
Hay dos tipos de
relaciones sociales que superan a todas las demás por orden natural, la
sociedad conyugal, y la sociedad civil. Antes que ciudadano el hombre es
miembro de una familia, y es sin duda, la tradición más antigua de la humanidad.
Es además, el único estado voluntario, que crea y ama a sus ciudadanos, capaces
de sobrevivir a casi todos los avatares a los que les enfrenta la vida.
Muchas de las
familias españolas en estos momentos
soportan el desempleo, las frustraciones tanto sociales, como personales de varios
de sus miembros, aportando con amor, y con su pequeña, o acomodada economía,
las necesidades primarias para todos. Comparten a la vez vivienda, y está muy
generalizado que los abuelos cuiden de sus nietos.
Y aunque hoy se
cuestione la familia, esta siempre ha sido progresista, y pone la esperanza, en
una de las tareas más nobles, como es el cuidado y la educación de sus hijos,
esto parece como natural y estable. Sin embargo estamos viendo en estos últimos
tiempos, que algunos de sus miembros más débiles como son los niños, a duras penas
superan la separación de sus padres. El amor en la crianza de los hijos, que es
larga, debe estar acompañado de una estabilidad y exclusividad, y solo estas
funciones son posibles, con la estabilidad tanto familiar como social.
Naciones Unidas
declaro 1994. Año internacional de la Familia. Se pretendía recordar algo casi evidente, que la familia
no es una mera institución biológica destinada a trasmitir y conservar la vida. Que el sexo es un
instinto que produce una institución con múltiples aspectos que no son
sexuales. Porque la familia, incluye adoración, fiesta, justicia, solidaridad,
educación, libertad, descanso… “Si el
sexo es la puerta de la casa familiar, la casa es mucho más grande que la
puerta”. Puesto que la familia es la célula de donde nace la sociedad
civil, la ruptura ataca a la misma raíz de la convivencia humana, pero ello no
impide que, en muchas democracias avanzadas, las grietas abiertas por el
individualismo amenacen con el desmoronamiento de la familia.
Cuando se antepone
el individualismo, es muy difícil mantener un compromiso, así como una
integración familiar.
Como todo lo
humano, la familia tiene sus
defectos, por ese motivo los análisis sobre las crisis familiares preocupa a
muchos países occidentales. La
interminable bibliografía sobre las familias desunidas pone de manifiesto, que
los hijos presenten unas secuelas uniformes, y casi extraños ante sus propios
progenitores, sintiendo a la vez una profunda inseguridad, como personalidades
inacabadas, dolientes, con sed de seguridad y hambre de cariño. La sociedad es
consciente de esta realidad, como también consciente de que la familia
es la más necesaria para la creación humana, la más delicada mezcla de
necesidad y libertad.
Se apoya en la
reproducción biológica, pero su finalidad es la formación de personas
civilizadas, capaz de trasmitir con eficacia valores fundamentales que dan
sentido a la vida. Quizás estemos cansados de esta palabra “familia” que debería de llevar todas esas virtudes que he expuesto,
y ponerlas en práctica. Pero para eso se requiere, como hemos dicho al
principio, de un compromiso serio, de mucha solidaridad, y tolerancia, todo
ello acompañado de ese amor especial que se tiene por lo deseado y creado. ¿Es
posible que nos desembarazamos de ella como de la conciencia, gustosamente? Sin
hacer previamente un análisis de su necesidad, o la necesidad de las dos cosas.
Familia y conciencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario