viernes, 19 de septiembre de 2014

 Lo social

Columna de Opinión
Diario de Ávila
Por: Pilar Álvarez 

 Sin palabras


La agresividad en la convivencia ciudadana hoy en día es algo que nos debe de preocupar, desde distintos medios de comunicación debemos recordar al gobierno de turno, que nuestra sociedad está en exceso estresada por diversos factores, los más principales suelen ser consecuencia de las injusticias sociales que cada día, vemos y sentimos los ciudadanos, en la práctica de la desigualdad. Y como consecuencia de esto, la agresividad es el resultado. Muchas veces las personas no pueden controlar su agresividad y constantemente generan problemas, es un comportamiento de la estructura emocional que recibe el ciudadano.


Estamos demasiado estresados, vamos tan de prisa, que hemos perdido la práctica de llegar a un buen entendimiento sobre los conflictos que se nos presentan, por eso, es frecuente oír esta frase, “lo pondré en manos de mi abogadeo “se acabo el dialogo, y con ello, la buena práctica del entendimiento, dando la impresión, que el citado abogado le pertenece, como si las personas perteneciéramos por derecho a alguien, pero sobre todo, y en este caso, por unos onerarios, o esta otra frase, “nos veremos en los tribunales”, o simplemente, cuando nos atrevemos a decir “es usted un mal educado”, rápidamente contesta que estamos insultando, y se acuerdan que tiene un familiar policía, y viene la amenaza, ósea esto es la guerra…..


La raíz de esto último pudiera ser, por aquello de los complejos sociales que todavía nos quedan por superar, sin darnos cuenta, que toda esta mala práctica, nos alega del otro, de ese que es, nuestro propio yo, hay que adoptar responsabilidades que nos lleven a adaptarnos a las personas, y al medio que nos rodea, ser responsables cívicos, y honestos. Desafortunadamente estamos en una sociedad tan individualista que no importa a quien tengamos que pisotear, para obtener beneficios personales, o como en este caso, erróneamente, el “prestigio” social desde la agresividad.


Hacer el esfuerzo de vivir en un mundo mejor para todos es un compromiso ya urgente, donde seamos capaces no de enfrentarnos, en personalismos, sino unánimemente presentar propuestas a las instituciones para que nuestra sociedad sea cada vez mas cívica, y menos agresiva, he individualista, respetando la dignidad del otro desde la igualdad, meta esta ultima difícil de alcanzar, pues diariamente salen a la palestra casos de corrupción de nuestra clase política, expresada con tanta naturalidad, que nos hacen pensar, que la dicha de una igualdad no será una realidad a corto plazo, porque confundir y tergiversar los hechos, es también una práctica constante en este sector, no podemos dejar de ser asertivos, y dejar crezca esa manzana podrida, donde ciertos privilegios puede ser la imagen de la injusticia que desencadena en la sociedad esa agresividad que debemos de corregir sin demora.

Usemos la honestidad desde la propia responsabilidad del yo mismo, sin necesidad de manipular ni corromper ciertas instituciones, de justicia, donde la igualdad debe estar presente en la práctica constante, la persona digna de ser honorable no las utiliza, para su propio fin. Debemos de ser conscientes que dichas instituciones son para el pueblo, y del pueblo, derechos adquiridos desde su propio sufrimiento, y sin agresividad, sino desde el respeto que deben trasmitir y recibir.

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