Lo social
Columna de Opinión
Diario de Ávila
Por: Pilar Álvarez
Cuestión de edad…
Uno se pregunta
si la convivencia interpersonal es cuestión de edad, personalmente me niego a
creerlo, pero sin embargo con frecuencia esto suele pasar. Te levantas temprano
con la preocupación de tener que asistir al centro médico más próximo, el café de esa
mañana tiene que esperar, algo que durante la noche ese pequeño detalle ya
hemos superado.
Lo difícil es
superar el encuentro en el mismo centro con el personal de turno, donde los
buenos días en muchas ocasiones está ausente, las indicaciones por parte del personal son forzadas,
y algo tan necesario como ponerse en
el lugar del otro, en este caso el del paciente, no se hace presente. Con todas
estas circunstancias nos encontramos una mañana donde tu vena tiene que estar
visible para el pinchazo, sin embargo empiezas a
olvidar por un instante, lo que has venido hacer allí. Y sin tener idee de lo que pudiera ser, una Licenciatura
en Sicología empezamos esa carrera ante ese personal, que
ni te mira como su paciente, y mucho
menos, como ha su semejante.
Nos fijamos en su
edad ¡podría ser la nuestra! y nos
preguntamos, es que el colectivo de funcionarios, en este caso de la Seguridad
Social, en algunos casos esta caduca, pues la actitud tanto de rellenar el
puesto, como la de cumplir las horas, la de mirar constantemente los días que
pueden librar, parece ser al observar el funcionamiento presente, que nos da esa
impresión. En fin, que después de muchos años se les olvido ha ellos también, el
porqué están allí, “atención al ciudadano““enfermera titulada “médico
especializado“ claro eso lo eligieron hace muchos años, “en
tonces será cuestión de edad“me niego
a creerlo, más bien me inclino porque la empatía está ausente, no solo en este
colectivo, sino en nuestra sociedad del siglo XXI.
Sin embargo el
objetivo general, en la Seguridad Social era mejorar el buen funcionamiento institucional, el
buen trato a los pacientes, tanto en los hospitales como en los centros de
atención primaria, mediante la construcción de un modelo, donde el paciente se
sintiera seguro, bien tratado, que no fuera “trasparente".
Teniendo como marco de referencia los tipos de incidentes que se pueden
producir según la Clasificación Internacional para la Seguridad del
Paciente, pero en muchos casos, como en
la vida profano, el currículo puede ser amplio, con muchísimos folios, mucha
experiencia, muchos idiomas, pero lo que hace falta, es el, ser humano, ese que
sea capad de ponerse en el lugar del otro, con la empatía necesaria que se
requiera en cada momento y situación.
Ahora
sabemos que la complejidad de los procesos de atención en salud hace
necesario que los consideremos sistemas de alto riesgo, y, por lo tanto involucren en su diseño numerosas barreras de seguridad que prevengan los
fallos involuntarios que puedan presentarse durante la atención de un paciente.
En los últimos años, en la mayoría de los sistemas
de salud en el mundo, se han implementado políticas que lleven a controlar la
aparición de eventos adversos en la atención en salud.
También
todos somos conscientes de que “errar es humano” por eso hoy, la seguridad del
paciente es una preocupación universal, la OMS lanzó recientemente la “Alianza mundial para la seguridad del paciente” entendiendo
que el paciente, es finalmente quien sufre.
Todo
esto es lo que hay que mirar, porque lo importante, repito, lo clave, es que le
podamos decir al paciente: ¡Hoy somos
más humanos, más seguros de lo que éramos ayer!, y eso se lo podemos demostrar
a través de indicadores tangibles y
medibles.
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