miércoles, 11 de junio de 2014

Diario de Ávila
Columna de Opinión.

Lo social

Por: Pilar Álvarez
 
Es el momento

De indicar al futuro Rey de España que ejerza la función de arbitraje y moderación que tiene constitucionalmente encomendada, que aborde un nuevo modelo de Estado para resolver los problemas presentes que tiene nuestro país, confiando también en que su llegada al trono represente "modernidad", valorando su formación vivida en democracia sin tutelas, y adquirida en el siglo XXI".


Esperamos de su persona “una mentalidad abierta y fuerte a la vez que irradie una nueva mentalidad en la clase política y en las instituciones españolas, para que se adopten medidas drásticas, orientadas a atajar la crisis institucional en la que se ha sumido el Estado Español, incluida la institución monárquica". Recordándole, que asuma no solo los problemas de Estado, sino también los problemas sociales, tan faltos en este momento de ser representados con ética y moral por parte, precisamente, de quien nos gobiernan, que el Estado Español tenga unos ministerios sociales, más al servicio de los ciudadanos y duraderos en el tiempo.


Si estas premisas se cumplen, los españoles sabremos estar a la altura de las circunstancias y contribuir a la necesaria estabilidad institucional y normalidad democrática. Hemos "respetado con firmeza" la figura de Juan Carlos I en su reinado. Por la paz, la prosperidad, la reconciliación entre los españoles, y por la democracia, algo que en este momento es un hecho, la misma que le ha permitido a nuestro país el progreso e internacionalización de nuestra economía, y la incorporación a la Unión Europea, y con ello la apertura al mundo. Un legado digno de reconocimiento, pero no por ello debe ser una deuda interminable, ya que por décadas nuestro Rey, ha obtenido no solo el merecido reconocimiento, sino el respeto y la admiración de todos los españoles, algo de lo que el mismo dice sentirse "orgullo y agradecido”.


Por todo lo expuesto, los retos a seguir deben estar libres de toda deuda anterior, y coger el nuevo mandato con un compromiso presente, porque es necesario, pues estamos ante una oportunidad en la que todos hemos de saber estar a la altura, afrontando con determinación los desafíos del futuro. Felipe de Borbón, futuro rey Felipe VI, ha manifestado servir con ilusión y esperanza a España, un Estado Español "unido y diverso" a la vez, y reiterando públicamente su empeño y convicción en dedicar todos sus esfuerzos para seguir sirviendo a los españoles.


Sus mismas palabras hoy toman compromiso personal.


“Ninguna gran nación puede abordar la crisis desde el pesimismo, ninguna gran nación puede salir de ella sin el concurso de todos, cumplamos cada uno con nuestras responsabilidades y promovamos un espíritu colectivo de superación, de ilusión”. “Nuestros representantes políticos tienen legítimamente la gran tarea de encauzar y dar respuesta a los graves problemas que vivimos, especialmente a los derivados de la crisis económica. No cabe mayor exigencia de compromiso y responsabilidad de los poderes públicos ante los ciudadanos. Los sacrificios que están haciendo tantos españoles, la grave preocupación e incertidumbre de otros muchos por su futuro, acentúan aún más ese deber de todas las instituciones del Estado de servir a los ciudadanos. Sé que no es nada fácil para muchos ciudadanos mantener alto el ánimo. Pero aún así necesitamos promover y alentar una conciencia social que reconozca nuestras capacidades y fortalezas, potencie nuestra autoestima y nos ayude a proyectar una buena imagen de nuestro país”.

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