Cuando nos reconocemos como una parte íntegra de esa
inteligencia y sabemos sin lugar a dudas que éste es el gran principio de la
expansión del universo, no tardaremos en ser conscientes de que toda la
inteligencia del universo cósmico trabaja con nosotros.
También nos daremos cuenta con rapidez de que
tanto la inteligencia de un gran genio, como la pequeña mente de una simple
célula del cuerpo trabajan con nosotros en perfecta armonía.
En realidad, todos somos mente;
somos la autoconciencia del universo. En el instante en que así lo sintamos no habrá
nada que pueda apartarnos de esta Conciencia.
Somos uno con el todo, y por
ello nos movemos irresistiblemente con el todo. No hay nada que pueda
apartarnos de nuestra realización.
La gota de agua sola es débil
cuando se aparta del océano, devuélvela a él y se tornará tan poderosa como
todo el océano. No importa si nos gusta o si creemos en ello. Se trata de la
Ley Inteligente, de la cual todos somos parte de ella.
La suma de toda verdad es el
gran principio de esta Ley. Tanto si pensamos que se trata de una gran verdad o
una pequeña verdad, toda palabra verdadera, pensada o pronunciada forma parte
de la gran verdad universal, y todos somos eso.
Cuando alcanzamos esta unidad y nos mantenemos
de manera absoluta en este precepto, entonces tenemos toda la verdad
apoyándonos, aumentando nuestra resistencia. La fuerza del océano es la que
proporciona la energía a la ola, y no es más que una porción de la energía del
universo de la que el humano también es parte.
El mayor mecanismo de acción
que tiene esta Ley de la Inteligencia es el amor, que constituye la suma de
todo afecto, de toda ferviente emoción, de todo pensamiento positivo, mirada,
palabra, hecho amoroso.
Toda atracción amorosa, grande o pequeña,
sublime o baja, hace que el amor único e infinito se manifieste espontáneamente
y que no exista nada demasiado grande para nosotros.
Cuando amamos de manera
altruista tenemos todo un océano de amor cósmico con nosotros, y así lo que se
considera inferior se torna superior porque se ha desarrollado hacia la
perfección absoluta.
Por ello todo el universo del
amor está consciente de nosotros, ya que no hay mayor fuerza en la tierra o en
el universo que el amor puro.
Igualmente, la suma de toda
condición, toda forma y todo ser no es más que el infinito principio cósmico
universal, tanto si se trata de individuos, planetas, constelaciones, átomos,
electrones o la partícula más diminuta.
Todos juntos conformamos el
Único Infinito, cuyo cuerpo es el universo, la mente, la inteligencia cósmica,
y el alma es el amor cósmico.
Entretejidos conjuntamente en
un todo, los cuerpos, mentes y almas se mantienen unidos a través de la fuerza
vital cohesiva, no obstante, cada uno de ellos funciona como entidad individual
eterna que se mueve con entera libertad en su órbita individual en armonía, siendo atraídos, llevados y
mantenidos juntos mediante el amor de ese universo armónico.
Todos somos ese Gran Ser al que
nada puede interponerse. Está formada por toda unidad de todo ser viviente, así
como por todas las unidades del universo.
Si una porción de una unidad se
autoexcluye del todo, esto no influye en el ser principal, pero provoca muchos
cambios en la unidad. El océano no es consciente de que pierda una gota de
agua, pero la gota es muy consciente del océano cuando se entrega a él.
Debemos saber a ciencia cierta
que estamos totalmente amalgamados con esta Ley que rigue el universo, y no
podemos separarnos o apartarnos de ella. Así pues, trabajamos con este
principio de poder que es todo poder.
Por ese motivo, no debemos
detenernos ni pararnos a considerar, sino tomar el sendero que conduce
directamente a la aplicación de la ley en nuestro interior, para tener una vida
total y perfecta con mayor abundancia de la verdad y el amor para ser libres.
Al liberarnos de los prejuicios
que nos han sometido los dogmas y al comprender como funciona la Ley de la
Inteligencia Universal, despertamos a nuestro auténtico patrimonio.
Despertamos a la belleza y a la
pureza inmemorial cuyo mensaje nos dice que somos eternamente bellos, puros y
perfectos, espirituales, inmortales y divinos, son verdaderos templos del
universo.
Este es el verdadero ser que
siempre ha poseído y tiene todo, que siempre ha existido y siempre existirá. Un
ser luminosa que ningún germen de decadencia pueda destruirle. Es un ser vivo
que tiene un proceso eterno de nacer, crecer, reproducir, morir y nacer más
triunfantes.
Descubriremos que la Ley de la
Inteligencia Universal nos ama con devoción y ternura en el momento que nos
volcamos hacia ella, porque mora en nuestro ser interno.
La unción que hemos recibido de
esta ley poderosa que rige todo el universo mora en nosotros porque convive
dentro de nuestro ser el macro y el micro cosmos y día a día aprendemos de sus
enseñanzas, por eso es necesario no resucitar los viejos esquemas que nos
impone las religiones, las teorías religiosas, los dogmas, sino dejar ser
guiados, instruidos desde nuestro interior. La verdad está ahí para ti y
solamente debes hallarla.
He dicho, M:.M:.
Hipatia
1 comentario:
Gracias por seguirme Es maravilloso tu blog
me encanta como escribes y piensas
Publicar un comentario