martes, 14 de julio de 2009

La práctica del Maestro

El maestro demuestra su sabiduría a trabes de sus hechos, los mismos que va dejando en los demás, es esa huella, que ha adquirido ha trabes del tiempo, de la búsqueda de la verdad, del esfuerzo por el saber, contempla el reino estacional de Naturaleza,misma que siente como madre de su propia creación, de ella recibe esa luz especial, que irradia en su camino de enseñanza a los que le siguen.

Sin prepotencia de primera persona, sabe, que la vanidad el ego, serian sus enemigos, su camino lo recorre despacio, y en silencio, escuchando su voz interior, donde el amor y el sufrimiento que siente, son una cohesión en comunión, descubriendo así, que no es más, que un frágil átomo en el cielo infinito.

Buscador siempre de la verdad, entiende que la vida no es un estado, sino un proceso del devenir de algo infinitamente más importante, que el simple mecanismo del cuerpo humano, que el nacimiento y la muerte son dos fases de un mismo proceso, y en consecuencia, el nacimiento precede a la muerte pero, por otro lado, la muerte precede al nacimiento.

Escucha a sus hermanos, porque en ellos esta ese otro Maestro, que también recorre el camino en busca de la luz, de la verdad, y recoge la verdad de su hermano con humildad, y sobre todo diciéndole, querido hermano, el Maestro no descansa más que en el trabajo, por eso el árbol de su corazón está lleno de frutos, mi árbol, esta, cargado de frutos de amor, para dar, recógelos, y abramos el corazón, para que a través de estos frutos nos llenemos de luz, el que no pide luz, es un atolondrado, su irreflexión lo ciega para la verdad, busquemos juntos esa luz, en nuestro interior, en el estudio, en el salario de nuestros hermanos, tenemos que saber, de dónde venimos, y también quienes somos, y adónde vamos.

Sabedor de que muchas veces el hombre nada en olas de la ignorancia, nunca se da por contento, y es un buscador de talentos, del genio que eleva al hombre, a los sentidos espirituales, los mismos que le llevaran más allá del mundo material, donde no existe la angustia, donde el destino gamas contradice a los hombres de fe, la misma fe, que abre el camino a su propia morada, la de su cuerpo, del que recibe todo lo que le pide, como una madre daría a sus hijos, sin que le haga daño, ni a los demás, ni a él ,no lo mancillaría jamás con bajezas, sabe que la estructura es frágil, que está hecha de barro, y no le pondrá jamás lodo.

Sabe que la moneda hacia la luz, no es de metal sino de amor y de fe, y que ese inmenso amor y esa fe, es la mayor riqueza, la que será para siempre, la que lo puede todo, ese todo, donde encontrara las señales por donde caminar hacia la luz del conocimiento y de la verdad.

Porque creo en esto mismo que os digo queridas hermanas y hermanos, tengo que deciros que esta institución Masónica, no sembró en mi, en tierra baldía, sino en tierra fértil, que con las enseñanzas de mis Maestros, a los que admiraba y admiro, yo deje de ser, esa persona que nadaba en olas de la ignorancia, hoy, soy, otra persona, más profunda, con mayor conocimiento sobre mis fortalezas, ya camino por otro sendero, con una nueva actitud ante la vida, ante mis semejantes.

Para tomar mi libertad, ante mis actos, para encontrar la luz, suelo buscar la razón, sabedora de que la razón sin conocimiento es como cuerpo sin alma, es como la tierra sin labrar, como el cuerpo humano sin alimento, y busco en mi alma, principio pensante, vida interior, el genio individual, y la luz aparece, y la voz se hace oír dentro de mi corazón, donde siento la mística de los sentimientos espirituales, donde ajenos y propios están en la misma sintonía, donde el mundo material a muerto, donde las lagrimas son silenciosas, y todo duelo, donde también, hay, gozo y amor.

Desde ese libre albedrío que practico, mi mente, y, mi conciencia, el Gran Arquitecto del Universo, tiene instaladas en mi sus herramientas, con las que trabajo, me pongo en conexión con el Macrocosmo, y aplicando las reglas de la construcción del templo o edificio espiritual, descubro mis debilidades, las mismas, que trato de poner a nivel, con mis fortalezas, y sigo caminando en la construcción personal para llegar al Magisterio.

El camino es largo, y necesito de vuestros frutos de amor, mis queridos hermanos, porque en vuestra compañía me siento identificada, y no estoy sola en la búsqueda de la verdad, de la libertad, de la igualdad, porque el otro Maestro que me da, luz, y amor, esta, en vosotros, y os necesito.

Mientras no estemos dotados de gran conocimiento, de una profunda humildad, mientras el ego siga acampando en nuestro yo personal individual, mientras nuestros hechos no sean iguales o parecidos a lo que representamos, no podremos considerarnos ejemplo de los hombres y mujeres que forma nuestra sociedad, debemos ser como el árbol que está sembrado en tierra fértil, y esforzarnos para dar buenos frutos.

Nuestro trabajo, también, es entender y desarrollar nuestra mente, cuando nos sintamos dueños de la maquina que nos lleva, nos sentiremos dichosos de vencer a cada instante, y de encontrar a trabes de la madeja de los seres y de las cosas nuestro camino seguro.

La práctica del Maestro es la de aquel ser humano portador de un dolor profundo, y secreto, que funde en - boda mística -el dolor y el amor, en un mismo pensamiento, y sentimiento, estando más cerca del poeta, que de un predicador.

Publicado por: Haia

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