Diario de Ávila
Por: Pilar Álvarez
Recta final
Por fin entramos en la recta
final, solo nos queda por celebrar, el día de
Reyes, atrás se ha quedado, nuestro estrés de cara a las Navidades. Adiós
a nuestras ilusiones, de la Lotería, de
que Papa Noel nos sorprendiera. En fin, que pronto tendremos que asimilar, que hemos empezado un nuevo año, y
que solo la salud, y el trabajo, si es que de eso tenemos, nos dará la oportunidad
de poder vivir con dignidad, nos queda pues él resto del año, para ir
superando, día tras día nuestra existencia, con la esperanza de que algún día
la suerte nos sorprenda.
Para muchas personas, la nostalgia, se hace tan presente en estos días,
que más que alegría, lo que sienten, es tristeza, y añoranza, de Navidades pasadas, al
recordar que en ellas, estaban sus seres queridos, más si el acoso es constante, durante estas fechas,
en las calles, en los centros comerciales, con su márquetin navideño, entonces la palabra famosa se hace presente “que
rollo de Navidades”. En realidad también
la
logística de la Navidad en
las familias, es algo complicado, y pocas
se han librado de algún conflicto familiar en estas fechas, algo que se debería de haber superado, lo cierto es que va pasando
de generación, en generación, como si el tiempo, no le hubiera dado al ser
humano, la evolución necesaria para que en estas reuniones, solo esté presente
el sentido de respeto y amor, que se debe manifestar en la familia. Sin embargo
algunos carecen en estas fechas de ese preciado bien, como es, tener una
familia, y todo lo que sienten, es esa soledad, donde los recuerdos del pasado
se hacen muy presentes, por lo tanto lo único que desean es que estas noches
tan señaladas, pasen pronto, porque así no sienten tanto dolor. Nuestras
Residencias de Mayores, están en muchos casos llenas de “soledades personales”.
Es la Navidad una fecha muy propia, para hacerles una visita, para dar algo de
nosotros, de nuestro tiempo, ya que muchas veces nuestras cosas pueden esperar,
buen momento para retractarse de cualquier rencor, o- ofensa recibida, acercarse al otro y sorprenderle con un gesto de amor, de perdón, repartir
nuestro amor a todos aquellos que nos rodean, “es tiempo de paz”.
Pero nos quedan los Reyes Magos, para volver a ver la magia,
y la ilusión, de nuestros niños, al contemplar la cabalgata de los Reyes magos, esos personajes tan queridos por
ellos, como son Melchor, Gaspar, y Baltasar, que solo de pensar, en esa certeza en la que
ellos creen, a una le entra esa nostalgia de volver a ser niño, y creer en algo,
convencida de que al menos desde esa edad, las cosas tienen ese sentido
necesario, e imprescindible, la ilusión, sin la cual no se puede vivir, la
magia. Pero hemos entrado en dilemas de celebraciones con la Navidad, Laicas, -o-
Cristianas, “y quien decide” los de
siempre, esos que se han apoderado de nuestros derechos para rellenar sus campañas, sus espacios
televisivos, en conclusión su programa político. Porque si no se puede celebrar actos pirotécnicos con
una distancia prudencial por respeto a ciertos animales, que pasa con los
derechos de nuestros niños, de su derecho a sentir la ilusión de la llegada de
los Reyes que vienen de Oriente. Creo que de Oriente Medio, hoy, por hoy, vienen
cosas mucho peores que ha todos nos afectan, y que nada tienen que ver con
nuestros inofensivos Reyes magos, esos que solo traen Oro, Incienso, y Mirra,
armas poco poderosas para poder hacer daño a nuestra querida España, a la cual
parte de algunos españoles le quieren quitar sus tradiciones, respeten por
favor.
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