Llego el momento.

 

Columna de Opinión
 
Diario de Ávila
 
Por: Pilar Álvarez

 En nuestra sociedad no todos somos iguales, somos hombres o mujeres, negros o blancos, asiáticos …..La desigualdad social produce numerosos problemas, ya que no todos respetamos las mismas leyes ni aceptamos los principios morales, y éticos, comunes. Y la desigualdad no es entendida con facilidad por el conjunto social, sin embargo se debería aceptar como algo enriquecedor que nos lleva al conocimiento del otro, respetando y aceptando desde la buena predisposición con tolerante, sin crítica alguna, para no fomentar la discriminación.

Hay que tolerar también lo diferente en el ámbito político por el bien de una sociedad de conjunto colectivo, en base de una visión evolutiva, de aproximación a las actitudes de tolerancia, implicando con ello el pequeño esfuerzo individual de cada uno, sin olvidar la revisión histórica que han conllevado los cambios social. Las mismas que devén llevar y practicar disciplinas sociales como humanidades, leyes, educación, ciencias de la salud….Pero el miedo nos ronda, es como un fantasma infiltrado en todos y cada uno de los aconteceres de nuestros días, en los que incluyo esta novedad política presente tan diversa, y a la vez tan expectante. Y en una sociedad en la que tanto hablamos de esa libertad por la que la humanidad ha luchado desde siempre y en tantos frentes, se hace evidente el miedo, también desde siempre, ha sido el freno oculto y poderoso de esa lucha.

También es cierto que cada cultura ha creado sus propios miedos, pues cada cultura ha pintado el miedo con matices diferentes, con lecturas diferentes, con significados diferentes. Por eso es tan amplia y extensa la historia y la cultura del miedo. Y por eso también se ha hablado y escrito tanto sobre el miedo. Sin embargo el propósito fue contribuir con la mejor comprensión el concepto hacia un cambio social, en los países en vía de desarrollo. Un cambio social es complejo y multidimensional, y se hace difícil su operacionalización. Por la diferencia de lo que se sostuvo por mucho tiempo, en uso tradicional. Sin embargo bajo mi punto de vista lo que nos hace crecer es convivir con lo diferente ahí es donde tendremos que aplicar nuestra tolerancia, nuestra sabiduría, nuestro criterio.También adquirir otra forma de convivencia, así como reflexionas ante otros opciones quizás tan validas como las nuestras. Y adheridos con ello al derecho integrador de toda una sociedad que está evolucionando hacia la modernidad de manera soberana de nuestro Estado bajo una Constitución con Leyes Nacionales y Autonómicas como un Universo normativo de tolerancia. Por supuesto en cada caso añadiendo el derecho Internacional.

Hoy en día la sociedad no es vista como un sistema rígido, sino como un campo blando y multidimensional de relaciones. El cambio social se centra en la solución de problemas y es un concepto visto como positivo a pesar de las consecuencias claramente negativas con que algunas veces se lo describe. Es también un concepto dinámico y puede ser considerado un concepto dialéctico debido a que se presentan posiciones diferentes y contradictorias, que emergen durante el proceso de cambio social. Parte de la dificultad para definir el cambio social es que toma diferentes formas, en diferentes teorías, y en diferentes contextos.

Se debe respetar las opiniones o actitudes de otras personas que piensan o actúan diferente a como nosotros lo haríamos, sobre todo por respeto y educación. También, porque seguramente cuando hemos opinado o actuado diferente a otras personas hemos deseado que nos tratasen respetuosamente. Probablemente no hay otro tema tan interesante y polémico como el "cambio político que conllevara también un cambio social". Este es un tema de interés, en muchos campos del saber. Pero la transformación social, no se debe tratar como una cirugía radical, sino progresiva, imponiendo eso sí ciertos cambios, en ciertas actitudes, sin determinaciones rotundas, que nos lleven al autotolitarismos, sino actitudes unánimes por un bien común sobre todo, no me canso de decirlo en cada ocasión que tengo el privilegio de expresarme, con ética que venga de la propia conciencia, no una ética de escaparate, sino de adentro hacia fuera, donde los hechos sean los aplauso merecidos.