Lo social
Columna de opinión
diario de Ávila
diario de Ávila
Por. Pilar Álvarez.
El idioma universal
No
recuerdo haber oído hablar a nuestro querido Presidente del Gobierno Adolfo
Suárez, recién fallecido en ningún idioma que no fuera el castellano, el
ridículo no entraba en su comunicación. Innato en él, su idioma universal era
la “sonrisa”, la “mirada de frente”, “el abrazo”… todo ello auténtico y
sincero, tal y como lo veíamos, algo que le sirvió muy positivamente de
cohesión social. Con ello provocó por
parte de todos, que el consenso político fuera más distendido y con menos tensión. Su
confianza en lo que creía y deseaba era contagiosa y generaba un clima que le
fue abriendo camino a él y a todos nosotros, porque también los ciudadanos hemos
heredado su “esfuerzo” y sus “cualidades”. Como herramienta de comunicación, una sonrisa es una de las mejores estrategias para liderar, y él,
era “líder” desde su adolescencia.
Desde
su humildad, reconocía que venía de ser un chusquero político, y que los que
formaron su equipo de trabajo, como a él le gustaba decir, gozaban de numerosos
méritos personales. Él reconocía que lo
único que sabía hacer, era política, acertado o no, el tiempo le dio la razón,
nos dio la razón y no el equivocó. Viajó a diferentes países, con la seguridad
propia de su personalidad, la misma que
sentía, por eso hizo suya la frase famosa “puedo
prometer y prometo” pero ¿porque
decía y expresaba esta frase?
Bajo mi criterio personal, creía en ella porque se entregaba a conciencia, con
voluntad de trabajo, sin fingir. Quizás también el mensaje llevara una parte de
ambición, pero una ambición sana, la que debe tener el hombre para
desarrollarse socialmente y
obtener el reconocimiento por su trabajo. Atreviéndose a decir "¡Por
fin me nombran Presidente! A pesar de esas frases llego más allá, y obtuvo el cariño
social, algo que ha quedado demostrado en estos tres días de luto por su
fallecimiento, lágrimas en los ojos de muchos ciudadanos, algo que fue más
creído que las palabras que pronunciaron muchos, de los que le pusieron ciertas
zancadillas en su andadura política.
Fue
un Presidente que se vistió para los nuevos tiempos, atrajo el voto femenino
sin llevar en su discurso ninguna reivindicación para la mujer, pero como en su proyecto democrático y en su hoja de ruta,
estaban impresas las palabras Libertad e Igualdad, las cautivó.
Marcó
un estilo político de estética, y un perfil de ética y moral, hombre de
compromiso y de responsabilidad, atributos que nos lo han recordado
los distintos medios de comunicación durante estos últimos días, donde
se volvieron hacer presentes sus discursos llenos de convicción,
sin titubeos, no se atascaba, porque en
ellos estaba esa fuerza de saber llegar a la ciudadanía, no contenían todavía
la “demagogia”, esa “cualidad” llegó un poco más tarde a la clase política.
Las palabras
pronunciadas por su hijo al anunciarnos su fallecimiento, nos revelaron también
el amor que siempre existió en la
familia Suarez Illana, la lucha sin drama por la vida. “Nuestro padre nos ha "regalado"
en estos últimos días, mas
sonrisas que en los últimos cinco años. Con su muerte nos hemos enterado de algo más de lo que era,
de lo que hizo, de lo que fue”.
Desde esta columna de opinión
como ciudadana en el ejercicio de mi propia libertad, felicito a las Instituciones de Ávila por haber estado a
la altura en el entierro del que fue hombre de estado y primer Presidente del
Gobierno Español en Democracia. Adolfo Suárez González, descanse en paz y con
su labor hecha.
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