Lo social
Columna de opinión
diario de Ávila
Por. Pilar Álvarez.
Columna de opinión
diario de Ávila
Por. Pilar Álvarez.
La viveza
Un grave defecto de tipo moral y cultural, es el origen presente de nuestra España, algo que se convertirá en el factor principal de nuestro retroceso actual y de las crisis sucesivas, que nos está llevando a la dependencia total del poder económico, factor este predominante ya en nuestra sociedad. La existencia de una cultura, y no me refiero a la cultura “con mayúscula” como son las artes liberales, como la poesía, el cine, la expresión plástica…sino aquella cultura que busca el placer propio y económico, donde "la falta de respeto por los demás" y "la indiferencia por el bien común" en un marco de intereses individuales, es frecuente.
La
causa principal es la "viveza
criolla" frase que en España no
es usual pero sí en los países Latinos, como Argentina, Uruguay.. en los que es
un fenómeno social. La viveza criolla sin embargo significa depredación y
oportunismo, es decir, la prontitud para obtener máximo provecho a la
mínima oportunidad, sin escatimar los medios a utilizar, ni las consecuencias o
perjuicios que pueda ocasionar a los demás.
Aunque en España esta frase no la utilicemos verbalmente, y apenas la conozcamos, hoy día se encuentra en la práctica en nuestro país, concretamente en muchos programas televisivos, donde toda su creatividad se concentra en gritar en lugar de hablar, exponer la vida íntima y de la farándula, burlándose de los demás, usando un vocabulario poco adecuado en la formación periodística, ya que la comunicación debe informar y formar a los ciudadanos en su práctica, y esto no está sucediendo. Hay que rectificar a tiempo la viveza por la inteligencia y el trabajo, para llegar a tener un país respetable.
Aunque en España esta frase no la utilicemos verbalmente, y apenas la conozcamos, hoy día se encuentra en la práctica en nuestro país, concretamente en muchos programas televisivos, donde toda su creatividad se concentra en gritar en lugar de hablar, exponer la vida íntima y de la farándula, burlándose de los demás, usando un vocabulario poco adecuado en la formación periodística, ya que la comunicación debe informar y formar a los ciudadanos en su práctica, y esto no está sucediendo. Hay que rectificar a tiempo la viveza por la inteligencia y el trabajo, para llegar a tener un país respetable.
Hay
que cambiar la corrupción por la honestidad, el individualismo por la
solidaridad, la anomía por el respeto a las normas. Un país no puede avanzar
sin una actividad disciplinada, en el cual, cada uno asuma plenamente su
responsabilidad por el bien común. La capacidad de recuperación de nuestro país
está ligada a la comprensión y superación, pero también a la conducta y forma
de ser de la sociedad, más que a
factores externos.
Con desconfianza en los poderes tanto “Económicos” como de “Gobierno” y “Justicia” y olvidando la
confianza interpersonal componente, clave y decisiva para el desarrollo económico
de las instituciones democráticas, la viveza se hace oficio, y con ello un
estilo de vida en la persona, haciéndola una experta en los caminos que la
llevarán a encaramarse sin ninguna exigencia de idoneidad en la escala social y
laboral, se hará un experto para responder rápido y siempre dispuesto para
elaborar frases que no dicen nada, pero que suenan a los demás a discursos de
confianza.
Tal
viveza pone en evidencia una egolatría con pies de barro, un afán de
superioridad a costa del prójimo, y una energía que se diluye en acciones
estériles. La viveza aparenta
inteligencia, conocimientos, brillo y ejerce seducción. Pero se basa en la mala
fe, el engaño y la inmoralidad. El país que comanda el barco en que navegan
terminará por hundirse junto con ellos. Y si vamos por la vida como
el avestruz metiendo la cabeza en un hueco, sin importarnos que las mentecatas
vivezas se expandan como epidemia, “una que otra pequeña deshonestidad”,
“mentiritas blancas y piadosas”, “una que otra inocente corrupción”,
“faltas a las normas establecidas” pronto será nuestro distintivo, y nuestro
sello personal y nos llevara a decir. “Así somos”, ¿cuál es el problema con tolerarlo?, que esa tolerancia sirve
para terminar por convertirse en cultura y, por tanto, en herencia tal y como han heredado los países antes mencionados, la viveza
vive del tonto, y el tonto de su trabajo. ¡¿Qué más da?!”
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