Columna de Opinión
Diario de Ávila
Por: Pilar Álvarez
Lo social
Lo social
El paciente su propio
medico.
El
"sistema de adaptación" frente al honorario reducido de la consulta
fue el incremento del número de consultas, que redujo drásticamente el tiempo
ofrecido a cada paciente
Se
cambió calidad por cantidad, la consulta es el eslabón fundamental de la
actividad asistencial del médico. Las decisiones que se toman en la consulta
marcan, muchas veces, el destino de un paciente. Por otro lado, la inseguridad
de que no le haya entendido, lleva muchas veces al paciente, a poner en duda,
si va a seguir los pasos, ante el diagnostico dado por el médico, o no, pues como principio, considera que no le a
explicado del todo lo que le pasa, por la rapidez con que el médico ejerce su
trabajo, con ello, la duda del paciente aumenta a la hora de seguir todo lo que
le expone, y empieza a observar, lo que le pasa, analizando, paso, a paso, sus
síntomas, con el resultado de ponerse el,
cómo su propio medico, y con la prevención de analizar, lo que tomara, o no
tomara, ante el diagnostico dado, y lo que él siente.
Considera
que le falta tiempo al médico para que le escuche atentamente, que no ha podido
examinarlo minuciosamente, que le quedan dudas de como debe administras dichos
medicamentos, algo que debemos dar gracias a los farmacéuticos, ya que
generosamente nos lo vuelven a explicar, “en muchos casos ya no oímos al médico
decirnos dentro de ocho o diez días vuelva a decirme como se encuentra” esto ya
paso a la historia, como también de que dichas explicaciones nos las faciliten
por escrito.
¿Cuánto
tiempo suma todos estos requisitos en una consulta?
Médicos
y pacientes, nos hemos acostumbrado, a consultas de una brevedad extrema. Esto
daña a ambas partes, el médico responsable sabe que está menoscabando su profesión
y exponiéndose a cometer errores. El paciente tiene, muchas veces, la certeza
de no haber sido correctamente evaluado, ambos en definitiva son víctimas de un
perverso sistema que ha reemplazado conceptualmente al binomio médico-paciente
por el de prestador-cliente subproducto del gerenciamiento de la salud aplicado
a ultranza.
Ubiquemos ahora en este crítico
contexto una actividad como la medicina, marcada en múltiples casos por la
incertidumbre y los hechos fortuitos. Es lógico deducir que el desgaste laboral
del médico desemboque, en muchos casos, en graves consecuencias para su salud
física y mental. Y tengamos que oír, no puedo hablar con usted, tengo mucho
trabajo, estoy harta, y me encuentro enferma,
si lean dicho, que no cojo para mi consulta más pacientes, por estar
saturada, no voy a cambiar de opinión, y
menos, pacientes de sesenta y cinco años en adelante, no puedo más, esto he
tenido que oírlo como primera persona, en nuestro Centro Médico Sur, en Ávila,
esta misma semana, desorientada busque otro médico que no le importara la edad
de sus pacientes, algo insólito en esta autonomía Castilla León que cuentan con
el índice más alto del territorio Español,
con personas de tercera edad.
Al médico le es muy doloroso admitir
abiertamente estas íntimas vivencias vinculadas al ejercicio de su profesión,
el índice de insatisfacción profesional entre los médicos ha crecido
notoriamente. La objeción de
conciencia es un asunto esencial en la práctica de la profesión médica, porque
garantiza la libertad del médico para ejercer adecuadamente su profesión, y que
supone la defensa de los ciudadanos, sabiendo que su médico le va a tratar
adecuadamente y según su conciencia. El médico no es un funcionario normal, por
lo que el paciente debe ir con la confianza de que siempre va a hacer lo mejor
para él, hay que volver al binomio.
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