jueves, 18 de febrero de 2010

La Oca


El juego de la Oca mapa clave de ruta jacobea o el sendero de Jano romano, presente en las culturas sumerias, egipcias y celtas.

Desde que se populariza en Francia e Italia en los siglos XVII y XVIII, el juego de la Oca se ha identificado con la propia vida del ser humano, llena de pruebas y dificultades, recompensas y atajos, como los que pueblan las 63 casillas del tablero.

Los investigadores en la tradición también han ido más allá, al asociar el juego de mesa con los templarios, los sabedores arcanos, el tarot y las fuentes esotéricas o el propio Camino de Santiago, en el que se dan cita, en su vertiente más mágica, los anteriores elementos.

En el juego de la Oca como en la vida y en Camino de Santiago hay un peregrinaje, un recorrido que se hacía, una vez en la vida llevando a la gente a reconvertir su existencia, a cambiar de hábitos y entrar en un mundo nuevo. El camino de las Estrellas, de la Vía Láctea, del dios romano Jano, del celta Lugh o del sumerio Anu, en definitiva, del Conocimiento y la Iluminación.

El tablero es una carta geográfica, lo que hoy podemos entender como una guía de viaje, que permite realizar el antiguo-Callis Ianus- el sendero de Jano, ruta que unía Oriente y Occidente, Asia Menor y Finisterre, ya se conocía en la cultura sumeria hace 6.000 años, y posteriormente en la egipcia y en la celta.

Una vez que Roma controla prácticamente el mundo conocido, hacia el siglo I. a.C., César Agusto y su hombre de confianza, Marco Vapsanio Agripa, ponen en valor, la antigua ruta, una línea recta que une Éfeso con el cabo de Touriñán, el extremo más occidental de la Península Ibérica pasando por Roma.

Así, el general Agripa, atreves de un conocimiento cartográfico, matemático y arquitectónico del territorio, basado en las normas de Vitrubio, diseña el documento más grande del impero, cuya calzada aún se conserva en puntos de Cataluña, Galicia , Navarra o Castilla y León.

En la antigua Hispania, el Callis Ianus comenzaba en el cabo de Creus -el punto más oriental de la Península Ibérica-y terminaba en el -Ara Solís -, el altar del sol, de Touriñán, tras pasar por la ciudad sagrada de Agusto, Lucus Augusti, la actual Lugo. En total, y según la matemática de Vitrubio, la ruta estaba compuesta por 63 etapas de 15 millas cada una que se corresponde con las 63 casillas del juego de la Oca. Ante la progresiva cristianización y trasformación del sendero pagano en el Camino de Santiago con el apoyo de los francos, las órdenes de Cluny y el Císter y Roma, los que lo conocen deciden conservarlo codificado en el juego de la Oca, identificado también con el gremio de los constructores.

Para que los peregrinos llegaran sanos y salvos a su destino, los autores incluyeron en él una serie de pruebas o peligros, idénticos lugares reales difíciles de atravesar, algunos de ellos ubicados en Castilla León. La prueba del pozo el punto medio de toda la ruta, se sitúa, muy cerca de Leciñana del Camino y el Dolmen de la Mina, en Álava, muy próxima a Castilla León. El laberinto podría ubicarse en las cercanías de Cardaño de Abajo Palencia, ya que esas rutas entre montañas son un laberinto de valles y gargantas en los que era fácil perderse.

La ruta Romana, y del juego de la Oca, en Castilla León sigue por Quintanilla de las Torres, Cerca del Pisuerga, Crémenes, Villamanin Y Villablino, y entra después en el sur de Asturias y en Galicia, la prueba de la cárcel se asocia con los Ancares, entre el Bierzo y Lugo donde los peregrinos podía penar sus culpas trabajando en las minas.
 
Información periódico Diario de Ávila

Haia

2 comentarios:

aapayés dijo...

Interesante..


Un abrazo
Saludos fraternos..

Que disfrutes de un buen fin de semana..

Pluma Roja dijo...

Una bella entrada tan ilustrativa como acostumbras. Lo tomaré como un homenaje a la mujer, ya que traes a esta mujer que además de santa, tuvo una vida interna muy rica y ejemplar.

Saludos cordiales,

Hasta pronto.